Seas bienvenido o bienvenida, querido o querida lector o lectora, a mí espacio de reflexión y a mi pequeña ventana mental para compartir lo manoseado.
No estoy aquí para decir verdades o para ofrecer dogmas o herramientas sobre pedagogía que más tarde puedas aplicar en tu día a día (o quizás sí, pero quizás más adelante). Más bien estoy aquí para volcar todas esas dudas que surgen de consumir cantidad ingente de información: de leer autores que se salen de la dialéctica establecida, de estudiar críticos del sistema imperante, de seguir corrientes educativas, sociales y políticas que son incluso repudiadas por algunos o han sido maltratadas por la historia, de tratar de visualizar las cosas de forma distinta, hasta el punto de encuadrar o si más no acercarme parcialmente a rascar, en algunos momentos, aquello que pueda acercarse a una verdad; no solo sobre el contenido o el conocimiento, o las estructuras de los sistemas de enseñanza, sino también sobre la naturaleza humana y social de nuestros alumnos y otros compañeros de camino.
Si escribo estas líneas y las entradas que me gustaría que estuvieran por venir, no es para tratar de encontrar el acuerdo o la aprobación de los lectores y así poder reforzar mi volátil sensación de certeza, sino para incentivar la reflexión crítica de todo aquello que parece establecido e inamovible y hacerlo, si se puede, desde un enfoque dialógico, donde el/la lector/a y la comunidad me ayuden a destruir y a construir mi conocimiento y mis pensamientos de una forma constante.
Me gustaría despertar a través de un proceso de reconstrucción constante, y durante el proceso dar nuevas respuestas a antiguas preguntas o viejas respuesta a nuevas preguntas. Es un proceso personal, donde escribir me va a ayuda a ordenar mi mente, pero también de relaciones humanas; mostrando aquello que yo puedo aportar a todos aquellos que puedan leerme y que acogiendo aquello que pueden aportarme todos aquellos que me leen a mi. ¿Quién sabe?, a lo mejor algún día dé alguna respuesta al rumbo derrotero de alguien, que un lector me encamine hacia una nueva y apasionante verdad o, mejor aún, lance al aire la pregunta que arranque los motores de la pasión de algún individuo y con ello aporte algo positivo a la comunidad. Sería algo mágico ¡sin duda!
De todas todas y una vez más, seas bienvenido o bienvenida, querido o querida lector o lectora, a mí a mi pequeña ventana mental para compartir lo manoseado y construir algo entre todos y todas.
Fdo. Educación Revolucionaria.
«No renunciemos a la idea de que una BUENA EDUCACIÓN es una BÚSQUEDA DE LA VERDAD»