Fragmento extraído del 4o articulo publicado por M. Bakunin sobre la Educación Integral y la Moral en el periódico L’Egalité entre julio y agosto de 1869 y expuesto en García (1986, p.31-34).
La relación entre lo divino, la razón y la ciencia
«En efecto, sabemos que mientras que el derecho divino ha reinado en la tierra, la inmensa mayoría de los hombres ha sido brutal y despiadadamente explotada, atormentada, oprimida, diezmada; sabemos que todavía hoy sigue existiendo en nombre de la divinidad metafísica o teológica un esfuerzo por mantener las masas populares en la esclavitud; y no puede ser de otra manera, pues desde el momento en que existe una divina voluntad que gobierna el mundo, que gobierna a la naturaleza y a la sociedad, la libertad humana está totalmente anulada. La voluntad del hombre es necesariamente impotente en presencia de la voluntad divina. ¿Que se deduce? Que al querer defender la libertad metafísica abstracta o ficticia del hombre, el libre arbitrio, estamos obligados a negar su libertad real. En presencia de la todopoderosa y omnipresencia divina el hombre es esclavo. Al ser destruida la libertad del hombre en general por la providencia divina, no queda más que el privilegio, es decir, los derechos especiales acordados por la gracia divina a tal individuo, a tal jerarquía, a tal dinastía, a tal clase.»
¿Es el CAPITALISMO una nueva "religión" que puede tenerse en cuenta en el tipo de argumentación que hace Bakunin?
«Asimismo, la Providencia divina hace imposible cualquier ciencia, lo que quiere decir que es simplemente la negación de la razón humana o bien que, para reconocerla, hay que renunciar a su propio sentido común. […] Aquellos que quieren creer deben, pues, renunciar tanto a la libertad como a la ciencia; y, al dejarse explotar, apalear por los privilegios del buen Dios, repetir con Tertuliano: «Creo porque es absurdo» añadiendo estas otras palabras, tan lógicas como las primeras: «y quiero la iniquidad*».»
*Iniquidad: Maldad, Injusticia grande (Real Academia Española, 2021).La alternativa al orden divino
«En cuanto a nosotros , que renunciamos a la felicidad de otro mundo, y que reivindicamos el triunfo completo de la humanidad en esta tierra, confesamos humildementee que no comprendemos nada de la lógica divina, y que nos contentaremos con la lógica humana fundad en la experiencia y en el conocimiento del encadenamiento de los hechos, tanto naturales como sociales.»
«Esta experiencia acumulada, coordinada y meditada que llamamos ciencia, nos demuestra que el libre arbitrio es una ficción imposible, contraria a la naturaleza misma de las cosas; que aquello que se llama voluntad no es más que el producto del ejercicio de una facultad nerviosa, lo mismo que nuestra fuerza física no es más que el producto del ejercicio de nuestros músculos, y que en consecuencia una y otra son igualmente productos de la vida natural y social, es decir, de las condiciones físicas y sociales en medio de las cuales cada individuo ha nacido, y donde sigue desarrollándose; y repetimos que todo hombre, en cada momento de su vida, es el producto de la acción combinada de la naturaleza y de la sociedad, de donde se deduce claramente la verdad que hemos enunciado en nuestro anterior artículo: que para moralizar a los hombres hay que moralizar al medio social.«
La moralización del hombre
«Para moralizarlo sólo existe un medio: hacer triunfar en él la justicia, es decir, la más completa libertad de cada uno, en la más perfecta igualdad de todos. Las desigualdad de condiciones y de derechos y la ausencia de la libertad para cada uno, que es necesariamente el resultado, es la gran iniquidad colectiva, que da origen a todas la iniquidades individuales. Suprimidla y todas las otras desaparecerán.«
«Tememos que el triunfo de la justicia sólo se pueda efectuar por medio de la revolución social, dado el poco interés que muestran los hombres de privilegio por dejarse moralizar o, lo que es lo mismo, por dejarse igualar. No hablaremos ahora de esto, nos limitaremos a proclamar esta verdad, tan evidente por otra parte, que mientras que el medio social no se moralice, la moralidad de los individuos será imposible.»
«Para que los hombre sean morales, es decir, hombre completos en el pleno sentido de la palabra, son necesarias 3 cosas: [un nacimiento higiénico], [una enseñanza racional e integral, acoompañada de una educación fundad en el respeto al trabajo, a la razón, a la igualdad y la libertad], y un [medio social donde cada individuo, disfrutando de su plena libertad, fuera realmente, de derecho y de hecho, igual a todos los demás.]»
Las escuelas y su dependencia con el medio
«¿Existe este medio? No. Por consiguiente hay que fundarlo.»
IMPORTANTE: «Si en el medio que existe se llegara incluso a fundar escuelas que dieran a sus alumnos la enseñanza y la educación tan perfectas como pudiéramos imaginar…»
«¿Se llegarían a crear hombres justos, libres, morales? No, pues al salir de la escuela se encuentran un medio de una sociedad que está dirigida por principios muy contrarios, y como la sociedad es siempre más fuerte que los individuos, no tardaría en dominarlos, es decir, en desmoralizarlos.»
IMPORTANTE (UTOPISTAS): «Y además la fundación de tales escuelas es imposible en el medio social actual, pues la vida social abarca todo (más ahora en nuestros tiempos), invade las escuelas lo mismo que la vida de las familias y de todos los individuos que forman parte de ella.«
«Los maestros, los profesores, los padres, son todos miembros de esta sociedad, todos más o menos embrutecidos o demoralizados por ella. ¿Cómo darían a los alumno lo que les falta a ellos mismos? Sólo con el ejemplo se predica bien la moral, y, al ser la moral socialista contraria a la moral actual, los maestros, necesariamente dominados por esta última, harían delante de sus alumnos todo lo contrario de lo que les predicarían. Por consiguiente, la educación socialista es imposible en las escuelas lo mismo que en las familias actuales.«
El burgués, reaccionario de la educación
«Pero la educación integral es igualmente imposible en ella: los burgueses no comprenden de ninguna manera que sus hijos se hagan trabajadores, y los trabajadores están privados de todos los medios para dar a sus hijos la enseñanza científica.»
«Me gustan mucho estos buenos socialista burgueses que nos gritan siempre: «Eduquemos primera al pueblo, y emancipémoslo después». Nosotros, al contrario decimos: Que se emancipe primero y se educará a sí mismo. ¿Quién educará al pueblo? ¿Vosotros? Pero vosotros no lo educáis, lo envenenáis al pretender inculcarle todos los prejuicios religiosos, históricos, políticos, jurídicos y económicos, que garanticen vuestra existencia contra él, maten, al mismo tiempo, su inteligencia, debiliten su indignación legítima y su voluntad. Con su trabajo cotidiano y con su miseria le dejáis reventar, y le decís: «¡Educaros!». Nos gustaría mucho ver cómo os educaríais todos vosotros, con vuestro hijos, después de trece, catorce, dieciséis horas de trabajo embrutecedor, con la miseria y la incertidumbre del día siguiente como única recompensa.»
La emancipación del trabajador
«No, señores, a pesar de todo nuestro respeto por el gran problema de la enseñanza integral, declaramos que hoy no es el mayor problema del pueblo. El primer problema es el de su emanciapción económica, que engendra necesariamente y al mismo tiempo su emancipación política, e inmediatamente después su emancipación intelectual y moral.«
«En consecuencia, adoptamos plenamente la resolución votada por el congreso de Bruselas (1867):
«Reconociendo que por el momento es imposible organizar una enseñanza racional, el Congreso invita a las diferentes secciones a establecer clases públicas siguiendo un programa de enseñanza científica, profesional y productiva, es decir, enseñanza integral, para remediar tanto como sea posible la insuficiencia de educación que los obreros reciben actualmente. Y por supuesto la reducción de horas de trabajo está considerada como una condición previa indispensable.»
«Sí sin duda, los obreros harán todo lo posible para darse toda la educación que puedan, en las condiciones materiales en las que se encuentran actualmente. Pero, sin dejarse disuadir por las voces sirena de los burgueses y de los socialistas burgueses, concentrarán ante todo sus esfuerzos en este gran problema de su emancipación económica, que será la madre de todas las otras emancipaciones.»
BIBLIOGRAFIA
- García, F. (1986). ESCRITOS ANARQUISTAS SOBRE EDUCACIÓN. Grupo Cultural Zero: Madrid.